dc.description.abstract | El accidente cerebrovascular (ACV) representa una de las causas más comunes de mortalidad y morbilidad en todo el mundo. Está denominado como el trastorno neurológico más frecuente e incipiente. Se lo define como la falta de irrigación en algún área del encéfalo que denota una disfunción focal o global del mismo, pudiéndose desarrollar a partir de una obstrucción de los vasos sanguíneos, isquémico, o por una ruptura de los mismos, es decir, hemorrágico. Esta alteración encefálica genera trastornos funcionales, cognitivosconductuales que se manifiestan con una gran
variabilidad clínica, influenciada por la región del cerebro afectada. Entre ellas, se destaca el importante compromiso a nivel braquial, hemiparesia facio braquio crural, que se refleja en las limitaciones que desarrolla el paciente. Por tanto, se presentan cambios a lo largo de la evolución de la patología en relación con la funcionalidad, es decir, las facilitaciones y los impedimentos al realizar las actividades de su vida diaria. Ante la presentación de diferentes patrones de recuperación, sería de suma importancia poder reconocer indicadores que aporten información sobre la evolución y recuperación
funcional de uno de los déficits más comunes de esta patología como es el deterioro de la extremidad superior. Estos pueden ser de carácter clínico, asociados a una escala, medición funcional o a una actividad y pudiendo ser valorados en distintos tiempos, como semanas, meses y años. | es |