Abstract
Actualmente, los deportistas se encuentran en la constante búsqueda de la maximización del rendimiento deportivo. Para lograr este objetivo, a menudo entrenadores y atletas optan por aumentar la intensidad y/o frecuencia de entrenamiento. Es por esto, que la promesa de que los hábitos posteriores al entrenamiento pueden impulsar la adaptación fisiológica o la recuperación es muy atractiva. Cold Water Immersion (CWI) es una de las estrategias de recuperación más utilizadas. La
misma, implica la inmersión del cuerpo o parte del mismo en agua a bajas temperaturas. No existe prescripción óptima en cuanto a las temperaturas y tiempos óptimos para la utilización de esta estrategia posterior al ejercicio.