Espacio terapéutico recreativo para niños con discapacidad. Desarrollo, juego e infancia

Abstract

La niñez es un momento universal y fundamental en la vida de cualquier persona. Es cuando el niño construye su mundo a partir del otro, quien le otorga un lugar, una identidad y es a partir del juego que se ira construyendo su subjetividad, ayudandolo a elaborar sus angustias, sus miedos, sus diversas formas de procesar tanto a lo que acontece en su mundo interno como lo que sucede en su ambiente. Por lo que podríamos decir que un niño que necesita de un acompañamiento terapéutico es un niño que está excluido del mundo de los niños. Ellos corre, salta, se lastima, llora, se levanta, vuelve a correr, demanda, te abraza, te sonríe, te mira… los chicos con patologías graves no. Un no tan rotundo y pesado que hace eco en los padres. Entonces, la persona que encara el rol de acompañante será el responsable de acompañar al niño en sus angustias al incluirlo socialmente con otros niños. Al fomentar su juego y así poder construir su autoestima, su ser. El acompañamiento viene a brindar este espacio, brinda la posibilidad para que esto se lleve adelante con éxito. El acompañante terapéutico que trabaje con niños debe ser capaz de entender la importancia del juego en el desarrollo de cada uno de sus acompañados. En muchas oportunidades el niño con dificultades demandará que su acompañante lo ayude a construir un juego que alivie sus conflictos, sus culpas, sus miedos. Desde otro ángulo, el acompañante guiará al niño a cruzar aquel puente entre su mundo interno, a veces precario o fragmentado, y aquella realidad que es incapaz de enfrentar, de articular y vivir.